Seguro que has oído hablar de la manteca de karité. Proviene de las semillas del árbol del karité, y es un humectante y emoliente mágico. Pero no solo eso, sino que regenera y suaviza la piel, la protege de factores externos (como los rayos UV o el viento) y también es rica en antioxidantes. Pues ahora imagínatela mezclada con aceite de sésamo y perfumada naturalmente con un aroma empolvado, suave y delicado.
Aplica la manteca realizando un masaje sobre la piel.
En su laboratorio parisino, CIMENT fabrica jabones saponificados en frío. Este proceso artesanal minimiza el aumento de temperatura de los aceites vegetales que los componen, preservando así sus propiedades. Todos provienen de la agricultura ecológica. La glicerina, producida naturalmente durante la saponificación en frío, se conserva con su poderoso poder hidratante.
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