Aceites faciales
La grasa de la piel es buena, entiende por qué.
La piel tiene su propio mecanismo de defensa contra bacterias o virus. Esta barrera que protege la piel se llama manto ácido o barrera lipídica. Nuestro manto ácido está compuesto, entre otras cosas, por aceites naturales (también llamados sebo) y agua, que juntitos crean una película de protección.
Lo que ocurre cuando tratamos de eliminar por todos los medios el sebo de nuestra piel es que dañamos la barrera lipídica, y esto de entrada conlleva una perdida de humedad, ya que hemos dañado la barrera y ahora no evita el paso de la evaporación del agua hacia el exterior.
Para compensarlo, nuestro cuerpo produce más sebo, y cuanto más le quitemos más genera, y es así como entramos en el círculo vicioso de la piel grasa, que en realidad no es grasa, está deshidratada por culpa de una alteración en la barrera lipídica. Así que lejos de añadir grasa, un aceite facial natural consigue hidratar la piel y regula el exceso de producción sebácea, regenera, calma e ilumina.
El aceite facial según tu tipo de piel.
Los aceites vegetales 100% naturales de primera prensada en frío contienen diferentes proporciones de ácidos grasos esenciales, los más destacables son el Omega 3, el Omega 6 y el Omega 9. Aprende a diferenciarlos para saber cuál te conviene más.
- Los ácidos omega 3 o ácidos alfa-linolénicos atenúan el daño solar causado por la exposición solar y juegan un papel fundamental en la salud de la piel, para tratar afecciones como la psoriasis, la dermatitis atópica o los eccemas en la piel. El aceite vegetal con mayor proporción de Omega 3 es el de chía.
- Los ácidos omega 6 o ácidos linoléicos reducen los síntomas asociados con la sensibilidad cutánea y los procesos inflamatorios, como el acné o las espinillas. Algunos de ellos se encuentran en el girasol, el cáñamo, la soja, la onagra, la calabaza, la rosa mosqueta, la uva, la caléndula, la jojoba o la camelia.
- Los ácidos omega 9 o ácidos oleicos tiene propiedades hidratantes, suavizantes y calmantes, son los más indicados para pieles secas, maduras, ásperas o deshidratadas. Algunos de ellos se encuentran en el albaricoque, la macadamia, la oliva, la marula, el espino, el argán, el aguacate, la almendra dulce o el té verde.
Aceite facial, ¿Cuándo aplicarlo?
Es muy fácil incorporarlo a tu rutina. Lo puedes utilizar solo, o a modo de serum o añadiéndole un par de gotas a tu crema hidratante.