Mircea llega para replantear un gesto diario: la ducha. Su propuesta es sencilla y revolucionaria a la vez. Un único gel que no se presenta listo, sino esperando el gesto final: polvos concentrados que se mezclan con agua en un frasco de vidrio diseñado para durar siempre. Bastan unos segundos de agitación para obtener un gel de textura impecable: fino, homogéneo y cremoso, con la elegancia de un producto premium y sin rastro de improvisación.

El sistema elimina por completo el plástico de un solo uso y reduce el impacto a mínimos. Las recargas en polvo son ultraligeras, ocupan poco, viajan sin agua innecesaria y permiten un modelo de consumo más eficiente y consciente. Cada mezcla preparada supone una botella de plástico menos en circulación.

La experiencia sensorial es otro de sus pilares. Mircea trabaja con perfumes 100% naturales de Grasse, formulados como paisajes aromáticos: bosques, montañas, costas y valles interpretados a través de composiciones complejas de aceites esenciales. Más que un aroma, crean un ambiente que acompaña el momento de la ducha y lo convierte en un pequeño refugio.

En la piel, el gel ofrece una limpieza suave y respetuosa gracias a una fórmula 98,5% natural, vegana y libre de sulfatos, siliconas, PEG, phenoxyethanol y parabenos. La espuma es delicada, el aclarado limpio y la sensación final, equilibrada y fresca.

Su llegada en exclusiva a La Crème responde a una visión compartida: productos que simplifican, elevan y hacen que lo esencial también pueda ser extraordinario. Mircea actualiza uno de los rituales más antiguos con diseño, sostenibilidad y sensorialidad profunda, demostrando que el cuidado diario puede ser más ligero, más consciente y mucho más bello.